Cecilia Pavón - Cosas que aprendí de mis alumnas de poesía

Dead name

 

El origen de los nombres es algo en lo que pensamos

                eternamente

-¿por qué me llamo así y

es este mi dead name?-.

Elijo creer en la capacidad musical del poema

un poema como una caja vacía en la que voy

guardando cositas talladas durante el día.

Aunque esta idea es demasiado simple,

¿cositas talladas como qué?

un momento de furia es una cosa tallada

que se vuelve música,

mi corazón como orfebre

(pero esta es una idea demasiado simple)

un paisaje lleno de dioses: escribo para olvidar mi nombre

                muerto.

 

 

*

 

 

Febrero en Balvanera

 

A las siete y media de la mañana de un sábado de febrero

no hay nadie por la calle;

salvo una anciana

toda vestida de blanco.

Lleva una camisa de seda artificial, de una textura como de

                aceite que refleja de alguna forma el sol,

tiene el pelo negro larguísimo con algunas canas y mucho

                maquillaje;

la amo.

Quizás sea un ángel

Sus pestañas cargan con tanto rimmel encima que ya no

                parecen nada corporal ni orgánico

son meros receptáculos de negritud grumosa.

Todo esto pasa en Balvanera, yo vivo aquí

amo este barrio

donde las ancianas

salen a caminar a las siete de la mañana, vestidas de blanco

y se maquillan y no les importa nada

porque sienten que las calles son sólo un escenario para

                desplegar su glamour.

Yo amo Balvanera, y soy esa anciana, y las calles son parte

                de mi glamour.

 

 

*

 

 

Helecho

 

Si llega el apocalipsis,

que me encuentre comprando plantas.

Eso pensé cuando vi un helecho del que me enamoré

en Rivadavia y Uriburu.

Me lo vendió un chico paraguayo,

más que un helecho era una cascada

su cabellera verde caía a borbotones

desde una maceta de plástico colgante.

Pagué por él 800 pesos

lo traje caminando hasta mi casa.

Para que algunos de sus tallos larguísimos no tocaran la vereda,

tuve que extender los dos brazos en alto y sostener la maceta

sobre la cabeza.

Todo el mundo me miró durante esas siete cuadras

pero yo sentí la presencia de Dios

sacándome una foto desde el cielo.

 

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Cecilia Pavón, Diario de una persona inventada, (Blatt & Ríos, 2022).