Nada por decir - Juan Andreani

Dicen   - 7 


Ya escribiré sobre
mi madre
mi padre
mi infancia
Escribiré
de pequeñas cosas
y astros lejanos
Escribiré
como soltando
un diente de león
al viento escribiré
Por ahora no
por ahora, dicen
no escribo.

 

 

 

 

Insomnio II – 8 +

 

Vos ya lo hiciste pero yo no puedo dormirme

entonces te miro

Tengo que acostumbrarme a la oscuridad para verte mejor

En penumbras trato de adivinar tu silueta

la acaricio con mis ojos, con mis ganas

sin tocarte

y celebro con una sonrisa la fortuna de estar a tu lado

 

Noto con esfuerzo tu boca entreabierta

me acerco para verla mejor
tus dientes, tus labios

un tigre caza un ciervo

Siento el vaivén de tu respiración
y una nube cambia de forma incontables veces

Me acerco un poco más cuidando no despertarte

y noto algún detalle

un lunar en tu frente y un astronauta caminando sobre él

tu pelo oscuro y frondoso como una yunga nocturna

Me acerco a tu nariz e imagino que si hubiese sido más corta
la faz del mundo hubiese sido diferente

Me acerco a tus párpados cerrados y descubro la laguna de Huacachina
Me acerco a una de tus orejas y suspiro sobre ella

y mi suspiro es el viento recorriendo los pliegues de Atacama

Me acerco a tu cuello y veo a través de él

tu traquea, tus glándulas, tus cuerdas vocales

Poco a poco me voy acostumbrando a la sombra gigante de mi habitación
ya no preciso verte de cerca

ahora, desde acá, desde mi lugar, el detalle se aprecia junto al todo
Ahora puedo notar sin esfuerzo lo sutil

esa capa antes imperceptible de grasa sobre tu piel
Imagino tus poros secretando cebo

y pienso en la maravilla de la autorregulación
Y si imagino algo que no está ahí, imagino un tobogán

una taza de leche tibia o un manojo de llaves

Me detengo en tus manos, veo nítidamente

sus pocos pelitos casi traslúcidos

alguna que otra cicatriz pequeña

sus articulaciones, sus cutículas, sus uñas, sus años

Noto los ríos de venas que la recorren y la alimentan

noto las lineas que la definen

e imagino todos los cuerpos que habrán tocado cariñosamente

antes de tocarme a mí

e imagino otras manos

las inconmensurables manos del mundo

y acerco a mi rostro estas

estas temblorosas manos mías

y me siento un anciano insomne y desesperado

por estrechar con fuerza un poco de vida

Desespero

por tu mano

pero no te toco

te despertaría si lo hiciese

y no tendría palabras para explicarte lo infinito.

 

 

 

 

 

Picnic – 8 +

 

Mientras fumo tabaco en el balcón

decido escribir un poema

-o quizá abusar del enter-

Tengo algo que decir

sobre la lluvia

sobre cómo la naturaleza continúa

moldeando nuestra existencia

Veo algunos pájaros en los cables de luz

Los escucho a ellos y al motor

de mi heladera vieja

Gris en el cielo, gris en los edificios

y abajo verde, en la vista

privilegiada de este balcón

Miro colores como un niño 

pero sigo sin encontrar las palabras bellas y

sigo dándole al enter (como si versificar
diese otro tono a estas palabras)

Me pregunto, apagando el cigarro

y clausurando

el posible poema, me pregunto

qué estarán viendo

qué estarán diciendo y escuchando mis amigas

ahora que no estamos juntas

comiendo algo fresco

junto al río

bajo el sol caliente.

 

 

 

 

 

Garabatos – 9

Es difícil vivir
la belleza
sin encandilarse

la mitad de la tinta
se me va en garabatos.

 

Juan Francisco Andreani nació en Buenos Aires en 1987. Es gastronómico y también divide su tiempo entre sus otras dos pasiones, hacer música y escribir.
            Junto al colectivo Equis participó en la revista "Gota" (2006-2009). Publicó los libros "Grasa granulada" (2010) y "Cordillera" (2015) y la plaqueta "Cigarro y foto carnet" (2016),